Pocas veces me he sentido tan triste como ahora. Me acabo de enterar por Facebook que un buen amigo mío ha muerto. Que murió repentinamente la noche del 24 de diciembre. No había nada que presagiara su fallecimiento, como mucho, la alegría con la que se tomaba las cosas y su rechazo a no dejar de disfrutar de los pequeños placeres que podía obtener del día a día. Me hacen gracia las ironías de la vida... hoy precisamente he visto un e-mail suyo que me envió el 23 y que aún no había abierto... Me decía que la entrada número 1.000 le pertenecía, ya que a veces entraba más de una vez para animarme. Otras veces, al ver cuanta gente había entrado en el blog, me enviaba un e-mail diciéndome: ya tienes tantas visitas!
Escribo esto mientras lloro su pérdida, con dolor y notando el sabor de las lágrimas saladas que recorren amargamente mis mejillas. No me da vergüenza decirlo, porque era una persona que se lo merecía... ¿Por qué lo cuelgo en el blog? Por que le debo mucho. Por que fue la persona que me impulsó a luchar por editar, que me ayudó en mis inicios ya que él conocía muy bien el mundo editorial, porque estaba detrás de cada decisión que yo tomaba. Comíamos, charlábamos sobre el futuro, sobre cual camino tenía que coger y cual no, comentábamos los post y... lo hecho de menos. Esta entrada, se la dedico a él, donde quiera que esté, como ya tenía pensado hacerlo en la novela en caso de que me la publicaran.
Era una persona generosa y muy, muy bondadosa. Daba ejemplo a sus trabajadores, y siempre era uno más. Vivió la vida con alegría, nunca lo vi enfadado y siempre a punto de ayudar al prójimo. Siempre he dicho que a los difuntos no hay que recordarlos con tristeza, que no hay que llorar (aunque esto es del todo inevitable) y que tenemos que esforzarnos por rememorar aquellos buenos momentos para que perduren en nuestra vida. Para honrarlos. Es un concepto difícil de asimilar, pero estoy dispuesto a ser congruente con mi manera de pensar. Me duele pensar que todos los proyectos que teníamos comunes, que las cenas que teníamos que hacer después de estas fiestas, que las charlas que íbamos a mantener, ya no serán posibles. Ese vacío no lo voy a poder llenar, porque era una persona diferente, de las que valen la pena tener al lado. La vida es como un tren en el cuál suben y bajan los pasajeros... algunas veces intercambias un saludo entre parada y parada... a veces te acompañan durante un largo trayecto. No todo el mundo que se cruza en nuestras vidas valen la pena, pero las que sí, hay que cuidarlas, mimar la relación, porque personas así, no hay tantas. Tengo dos opciones, o quejarme de que se haya ido (que no dejaré de hacerlo) o agradecer al destino el que nos hayamos cruzado. Me siento honrado de que él quisiera compartir su tiempo conmigo. Me siento orgulloso de haberlo conocido.
He escrito este panegírico consciente de que el hecho de que ya no vayamos a compartir más aquellos buenos momentos, va a ser muy difícil de interiorizar. No puedo creer que ya se haya ido. Tenía 53 años.
Batet, donde quiera que estés, seguro que piensas que soy un sensiblero, pero quiero que sepas que siempre estarás dentro de mi. Pásatelo bien.
David de Pedro
Lo siento David pero se fuerte por él, continua el cmino haciendo honor a esos buenos recuerdos que te ha dejado
ResponderEliminarY si tienes ganas de llorar, llora, deja que salga a fuera el dolor de perderlo, pero recuerda siempre en seguir el camino, no te pares, porque él seguro que no lo hubiera querido.
Muchos animos David!!!!!!
Sé muy bien lo que es perder a un ser querido, David, el tiempo, el mejor aliado de todos, harán que tu sufrimiento vaya quedando atrás, pero sus recuerdos y enseñanzas vivirán en ti para siempre.
ResponderEliminarEspero que el año venidero publiques ese libro en el que tu amigo tanto te animó.
Un fuerte abrazo!
Blanca Miosi
Hola Silvia y Blanca,
ResponderEliminarGracias por vuestros ánimos. Editar era cumplir mi sueño, ahora se ha convertido en un reto, ya que quiero dedicárselo a mi amigo. Quiero agradecerle públicamente la confianza y apoyo que me demostró continuamente, quiero que mi obra vea la luz para que se sienta orgulloso. Es un sentimiento difícil de describir porque tiene muchas connotaciones...
Gracias, de veras.
NO LLORES por lo PERDIDO... ALEGRATE por lo que has TENIDO!!!! (M.T.R)
ResponderEliminarGracias por tus palabras David.
ResponderEliminarY aunque no podemos creernos que no esté, al menos para mí, siempre estará en mi corazón. Más personas como él harían falta en este Mundo, las cosas serían diferentes.
Y si necesitas ayuda para publicar el libro, que sepas que Batet tenía muchos amigos, que pueden ayudarte...Suerte!
Un abrazo David!
Sergi
Hola Sergi i MTR, no sé quienes sois (aunque me puedo hacer una idea). Me acuerdo mucho de él, fue una persona que dejó mucha huella. Cuando íbamos a comer juntos, nos lo pásabamos muy bien... desde luego, el se reía con mis aventuras y desventuras. Ahora, cuando me dan una noticia relativa a la novela, al primero que pienso en llamar, es a él, aunque la mayor parte de éstas no sean buenas. Pero ese era su otro don, relativizar las cosas y darle su punto de optimismo. No sé como acabará mi escrito, pero de momento ya lo he colgado en Amazon y la dedicatoria a sido para él (es mi pequeño y modesto homenaje). Batet ya me intentó ayudar en el grupo editorial donde estaba y en otro más, pero los momentos actuales son muy duros para que nadie arriesgue por un novato.
ResponderEliminarM, aunque sería peor no haberlo conocido, aún estoy en ese momento de tristeza que cuesta de pasar... No sé cómo habéis dado con el blog, pero me alegro que hayáis pasado a verme.