A veces me pregunto si la humanidad tiene salvación. Somos unos pocos los que intentamos luchar por el cambio, pero la corriente de vanidades, egoismos, orgullos, avaricias y codicias es demasiado poderosa como para poderla canalizar hacia otras energías más positivas. Estamos en una sociedad donde todo vale, la ley del más poderoso, del que trata de pisotear a cualquier otro sin ningún tipo de escrúpulo. Sólo hay que ver los ejemplos que nos dan nuestros semejantes continuamente: Lehman Brothers, Emron, Worldcom, Jerome Kerviel, Bernard Madoff, Merck, Yasuo Hamanaka, Nick Leeson, etc. Entre todos podrían llegar a sumar más de ciento cincuenta mil millones de dólares entre estafas y robos.
Ciento cincuenta mil millones de dólares que pertenecían a otros inversores y que como un efecto dominó, han ido empujando unos a otros hasta que al final siempre acaba en la última pieza, que suele ser la más desvalida: la población. Y todo por la codicia de unos pocos. Hardvard se perfila como una muy buena escuela de negocios... y de oportunistas, donde casualmente una parte de estos escándalos financieros han sido provocados por alumnos de la prestigiosa universidad.
Incluso la corona española parece que también se ha visto involucrada en un escándalo de corrupción. Nadie se libra de la tentación, y la ley tiene demasiadas fisuras. Ellos lo saben y lo aprovechan y yo, ni siquiera como juez del tribunal supremo, puedo hacer nada para evitarlo... por suerte desde mi otra posición sí puedo luchar un poco más.
Mathew Davis - Juez del Tribunal Supremo (Boston)
Interesante texto. Realmente me enerva la falta de honestidad de la gente. ¿Será que ante determinadas sumas de dinero todos somos capaces de perder los principios? Quiero pensar que no, por si acaso no quiero ni comprobarlo.
ResponderEliminarCon el dinero amasado por la sinvergonzonería de muchos se podrían arreglar los problemas del mundo.
Un saludo.
Lo que dice es lo que empezamos a saber todos. Que de libertades y democracia nada de nada. No somos más que una pequeña molestia que los políticos han de superar cada cuatro años.
ResponderEliminarHola David, ¿Cómo estás? acabo de ver tu mensaje en Facebook, en un sitio que se llama "otros", y que nunca había abierto. Tienes un blog interesante y este artículo que has publicado tiene mucho de verdad. Es como si los poderosos, que son generalmente los que en Estados Unidos tienen acceso a Harvard, se hubiesen puesto de acuerdo para burlarse del resto del mundo. Tienes razón.
ResponderEliminarUn abrazo!
Blanca
Maribel, creo que mucha gente es capaz de perder sus principios por menos de lo que nos pensamos, y no siempre por dinero. Entiendo que dependerá del ego de cada uno.
ResponderEliminarAdrián, para los políticos somos una pequeña molestia y desgraciadamente el movimiento de los indignados ha sido tan desorganizado que quedará en un mero recuerdo. Para luchar contra el sistema, hay que hacerlo desde el mismo sistema. Son las reglas del juego.
Blanca, me halaga tu comentario. Me gustaría que mis comentarios quedaran en la ficción, al igual que lo son mis personajes... pero no es el caso, son hechos que están siempre latentes en nuestro día a día.