El espíritu navideño me embriaga por encima de todo. Los sueños y las ilusiones son vitales para poder llevar una vida digna ya que nos motivan a luchar, a movernos y no quedarnos estancados.
Tener hijos aporta muchísmas cosas, pero una de las que más destacaría a parte de las ilusiones, sería la inocencia con la que viven... és mágica. Cuando vives en el mundo adulto, con las obligaciones e interacciones con el resto de las personas que nos rodean, y luego vuelves a mirar a los pequeños, te preguntas: ¿En qué momento aquel niño perdió su inocencia y se "estropeó"? ¿Cómo pudimos permitir que sucediera esto? Los niños a los que estamos influyendo hoy, serán los que nos dirigirán mañana, los que provocarán guerras, los que matarán y robarán... o también podemos hacer que ayuden a las otras personas, que sean altruistas, que cuiden el medio ambiente... eso está en nuestras manos ahora, ya. No nos podemos olvidar de nuestras responsabilidades.
Dudo que a Coca Cola le moleste que le haya robado el eslógan de Razones para creer, pero es justo, viendo las noticias diarias que cada uno, en nuestros respectivos paises, tenemos que soportar. Personas que arreglan desinteresadamente pisos afectados por los terremotos, comidas para indigentes, immigrantes que devuelven números de lotería... aún queda buena gente, ¿Lo eres tú? La idea no es original, pero ¿Por que no se revive la idea que salió en la película Cadena de Favores (Pay it forward)? Cada persona tiene que ayudar a tres más, a cambio de que éstas se comprometan a hacerlo a su vez a tres más. ¿Es ser demasiado inocente pensar así?.
Conozco a un escritor novel que se llama David de Pedro, de hecho, ¡Él me creó! Como decía en el principio del post, los sueños y las ilusiones son vitales. Razones para creer, es ver al español José Angel Mañas. Su primera novela fue Historias del Kronen, de la cuál surgió la película con el mismo título. Otro ejemplo, del mismo país, que se podría citar sería Antonio Garrido, autor de La Escriba, obra publicada en trece idiomas. Kathryn Stockett, también se podría sumar a la lista de los afortunados, esta vez en suelo estadounidense y en el género poético (aún más difícil), y el más conocido por su irrupción en el mercado literario, sería el de Joanne Rowling, más conocida como J.K. Rowling autora de Harry Potter. Rowling fue rechazada por doce editoriales antes de que apostaran por ella, y cuando lo hicieron, le dieron poca esperanza. Hay muy pocas personas que se encuentren en la cumbre, ya sea literaria o en cualquier otra especialidad, que no haya sufrido, que no haya luchado y que no se haya desesperado, pero la constancia lo es todo en este mundo. No hay que desfallecer y continuar soñando, porque como he dicho al principio del post: Los sueños son los motores de nuestra vida.
Oscar García - Consultor financiero (Girona)
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